España es una Monarquía
Parlamentaria: la soberanía reside en el pueblo español y éste elige a
sus representantes para que éstos decidan, legislen y gobiernen en los
respectivos parlamentos.
Así lo establece la Constitución Española en el punto 3 de su artículo primero:
Artículo 1
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna comovalores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y elpluralismo político.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes delEstado.3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Aunque parece obvio, hay que explicar
que cuando votamos en elecciones municipales no estamos eligiendo a nuestro
alcalde de forma directa, sino que elegimos una lista de concejales: nuestros
representantes en el pleno del ayuntamiento y son éstos los que en sesión de
investidura eligen al alcalde. Con la singularidad de que en estas elecciones,
si no hay mayoría de gobierno, la ley sí que prima que gobierne la lista más
votada (artículo 196 de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen General Electoral).
En las Elecciones a los diferentes
parlamentos autonómicos, no elegimos al presidente de la comunidad, sino a los diputados que serán nuestros representantes en dichos parlamentos. En mi caso, a mis representantes en las Cortes de Castilla
La Mancha. Y posteriormente, son éstos los que eligen al
presidente y legislan.
Finalmente y de forma análoga, cuando
el #20D votamos en las Elecciones Generales, nuestra papeleta no servía para
investir al presidente del Gobierno. De hecho no votamos en 1, sino en 2 urnas:
una a nuestros representantes en el Congreso de los diputados y otra a nuestros
senadores.
Por eso el golpe de Estado, posteriormente frustrado, del 23 de febrero de 1981 no se hizo ni en La Moncloa, ni en La Zarzuela, sino en el Congreso, depósito de la sobernía nacional y que tiene la facultad de poner y quitar presidentes de gobierno (precisamente el 23-F se estaba realizando la investidura del Presidente Leopoldo Calvo Sotelo).
En los sistemas presidencialistas (es
el caso de la República Francesa o los Estados Unidos), el voto popular sirve
para saber quién es el jefe del Estado. En el sistema parlamentario, el más
frecuente en los países europeos, los ciudadanos delegamos nuestra soberanía en
nuestros representantes.
De nada vale ser el partido más
votado, ser el partido que más representación parlamentaria se tiene si luego
para lo que sirve el parlamento que es para legislar y aprobar leyes, no
dispones del apoyo necesario para sacarlas adelante.
En alguna ocasión, esta situación de
bloqueo ha precipitado elecciones. Fue el caso de 1995 cuando la CiU de Pujol
retiró el apoyo parlamentario al PSOE y no se pudieron aprobar los presupuestos
para 1996. El presidente Felipe González disolvió las Cortes y convocó Elecciones Generales que acabarían propiciando el cambio de gobierno en España y llevando al Presidente José María Aznar a La Moncloa.
Más recientemente, en Portugal, en el
mes de octubre se produjeron unas elecciones legislativas. La fuerza más votada
fue la coalición de centro-derecha que hasta entonces gobernaba en nuestro país
vecino. Sin embargo, los 3 partidos de la izquierda sumaban mayoría absoluta.
El jefe del Estado en Portugal le pidió al líder de centro-derecha formar
gobierno y bastó la primera sesión en el parlamento para que las fuerzas de la
izquierda que disponían de mayoría absoluta le presentaran una moción de
censura para retirarle del gobierno. Unas semanas después, el socialista
Antonio Costa se convertía en presidente del Gobierno en Portugal.
Se suele utilizar el símil deportivo
por los defensores a ultranza de que gobierne la lista más votada comparándolo
con competiciones deportivas: si un atleta llega en primera posición y gana una
carrera, no puede ser que el 2º y el 3º se pongan de acuerdo para quitarle el
campeonato. Sin embargo en la democracia parlamentaria no consiste en ganar o
perder, en ser primero o segundo. Las elecciones sirven para sentar en unos
pocos asientos a la representación de lo decidido libremente por el conjunto de los
ciudadanos. Unos obtendrán más votos que otros, pero lo importante es que la
soberanía popular esté bien representada.
@ajcalzado
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