jueves, 21 de enero de 2016

El mantra de la lista más votada (I)

España es una Monarquía Parlamentaria: la soberanía reside en el pueblo español y éste elige a sus representantes para que éstos decidan, legislen y gobiernen en los respectivos parlamentos.


Así lo establece la Constitución Española en el punto 3 de su artículo primero: 

Artículo 1
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna comovalores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y elpluralismo político.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes delEstado.3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Aunque parece obvio, hay que explicar que cuando votamos en elecciones municipales no estamos eligiendo a nuestro alcalde de forma directa, sino que elegimos una lista de concejales: nuestros representantes en el pleno del ayuntamiento y son éstos los que en sesión de investidura eligen al alcalde. Con la singularidad de que en estas elecciones, si no hay mayoría de gobierno, la ley sí que prima que gobierne la lista más votada (artículo 196 de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen General Electoral).

En las Elecciones a los diferentes parlamentos autonómicos, no elegimos al presidente de la comunidad, sino a los diputados que serán nuestros representantes en dichos parlamentos. En mi caso, a mis representantes en las Cortes de Castilla La Mancha. Y posteriormente, son éstos los que eligen al presidente y legislan.

Finalmente y de forma análoga, cuando el #20D votamos en las Elecciones Generales, nuestra papeleta no servía para investir al presidente del Gobierno. De hecho no votamos en 1, sino en 2 urnas: una a nuestros representantes en el Congreso de los diputados y otra a nuestros senadores.


Por eso el golpe de Estado, posteriormente frustrado, del 23 de febrero de 1981 no se hizo ni en La Moncloa, ni en La Zarzuela, sino en el Congreso, depósito de la sobernía nacional y que tiene la facultad de poner y quitar presidentes de gobierno (precisamente el 23-F se estaba realizando la investidura del Presidente Leopoldo Calvo Sotelo).

En los sistemas presidencialistas (es el caso de la República Francesa o los Estados Unidos), el voto popular sirve para saber quién es el jefe del Estado. En el sistema parlamentario, el más frecuente en los países europeos, los ciudadanos delegamos nuestra soberanía en nuestros representantes.

De nada vale ser el partido más votado, ser el partido que más representación parlamentaria se tiene si luego para lo que sirve el parlamento que es para legislar y aprobar leyes, no dispones del apoyo necesario para sacarlas adelante.

En alguna ocasión, esta situación de bloqueo ha precipitado elecciones. Fue el caso de 1995 cuando la CiU de Pujol retiró el apoyo parlamentario al PSOE y no se pudieron aprobar los presupuestos para 1996. El presidente Felipe González disolvió las Cortes y convocó Elecciones Generales que acabarían propiciando el cambio de gobierno en España y llevando al Presidente José María Aznar a La Moncloa.


Más recientemente, en Portugal, en el mes de octubre se produjeron unas elecciones legislativas. La fuerza más votada fue la coalición de centro-derecha que hasta entonces gobernaba en nuestro país vecino. Sin embargo, los 3 partidos de la izquierda sumaban mayoría absoluta. El jefe del Estado en Portugal le pidió al líder de centro-derecha formar gobierno y bastó la primera sesión en el parlamento para que las fuerzas de la izquierda que disponían de mayoría absoluta le presentaran una moción de censura para retirarle del gobierno. Unas semanas después, el socialista Antonio Costa se convertía en presidente del Gobierno en Portugal.


Se suele utilizar el símil deportivo por los defensores a ultranza de que gobierne la lista más votada comparándolo con competiciones deportivas: si un atleta llega en primera posición y gana una carrera, no puede ser que el 2º y el 3º se pongan de acuerdo para quitarle el campeonato. Sin embargo en la democracia parlamentaria no consiste en ganar o perder, en ser primero o segundo. Las elecciones sirven para sentar en unos pocos asientos a la representación de lo decidido libremente por el conjunto de los ciudadanos. Unos obtendrán más votos que otros, pero lo importante es que la soberanía popular esté bien representada. 

@ajcalzado

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