sábado, 8 de octubre de 2016

Historia del #NoEsNo - 1ª parte


Los 4 años que pasaron de 2011 a 2015 serán recogidos en los libros de historia por los años que los españoles y los residentes en España vivieron el receso económico y social más grande desde la Guerra Civil española. 

Durante estos años se aprobó haciendo uso del rodillo parlamentario una reforma laboral que facilitaba un despido barato, precarizaba el empleo y rompía las relaciones laborales; se dejó sin acceso a la sanidad, a millones de personas eliminando una de las señas de identidad de la Sanidad Española: que era universal. 

Manifestación en la huelga general del 29 de marzo de 2012

La mayoría parlamentaria absoluta del PP sacó adelante una ley de tasas que privaba a las clases medias y bajas del derecho a la justicia, en contra de jueces, abogados, fiscales y la mayoría de los españoles. El TC determinó que esa ley era inconstitucional.


Como también contra rectores de universidad, profesores, padres y alumnos, el gobierno de Rajoy-Wert impuso, también con su rodillo, una ley de educación que devolvía a la religión el mismo peso que matemáticas en la nota para obtener beca y que imponía una triple reválida a los estudiantes para la obtención del graduado, el título de bachillerato y el acceso a la universidad. 

Manifestación del sector de la Educación contra la LOMCE

Es también el gobierno de la ley mordaza, muy molesto por las huelgas y manifestaciones que sus leyes y medidas lesivas había practicado a una amplio sector de la sociedad española. Es el gobierno que amenazó a las mujeres con devolverlas a la década de los 80 en cuanto a la ley del aborto. El gobierno de la cadena perpetua, de la subida del IVA, del IRPF, del impuesto de sociedades, del IBI... todo en contra de sus promesas electorales. 

Y, como no, Mariano Rajoy Brey es el Presidente de un partido procesado por corrupción, con sus tesoreros imputados y procesados por corrupción, con su sede reformada con dinero negro, con reparto de sobres de dinero negro para sus principales dirigentes a modo de "complemento" salarial, con múltiples dirigentes condenados, procesados o imputados y con un sinfín de casos de corrupción en los tribunales: Ana Mato, Baltar, Bankia, Brugal, Camps, Correa, Cotino, Crespo, De la Serna, Esperanza Aguirre, Fabra, Granados, José Manuel Soria, López Viejo, Luis Bárcenas, Matas, Naseiro, Noos, Palma Arena, Pokemon, Púnica, Rafa Blasco, Rita Barberá, Rodrigo Rato, Rus, Sonia Castedo, Torres Hurtado, Wurtel... En resumen, el PP del "Luis, sé fuerte".



Ante este currículum, después de las elecciones del 20 de diciembre, el PSOE, mediante su máximo órgano entre congresos, el Comité Federal, decidió levantar un rocoso muro. El muro del cambio, el muro del #NoEsNo

En 2008, el PSOE había logrado más de 11 millones de votos. Después del giro a sus políticas en mayo de 2010 hacia los recortes que imperaban en Europa y el cambio de la Constitución en su artículo 135, después de una oposición suave lideraba por Alfredo Pérez Rubalcaba y ante otros nuevos partidos alternativos, el PSOE tocó suelo con el 22% del voto y 5 millones de votos. Muchos de los votantes perdidos habían perdido la confianza en el PSOE y lo confundían con el PP. 

El plantón del presidente del Gobierno al Rey el 22 de enero, llevó a Pedro Sánchez a ser el candidato a Presidente del Gobierno. Pero Pablo Manuel Iglesias y el resto de diputados de la marca, votaron en contra del cambio de Presidente de Gobierno y apostaron por la continuidad de Rajoy. Y forzaron nuevas elecciones el junio. Los periodistas, los medios de comunicación y las encuestas hicieron el juego a la polarización a la que jugaba el PP y Podemos. Pero mientras que al PP le salió bien y ganó 700.000 votos, Podemos, IU y sus más de 25 partidos políticos con los que se presentaban perdieron un millón largo de votos. Mientras tanto, el PSOE avanzaba del 22 al 23% y resistía en los 5,5 millones de votos. Estaba claro que los votantes del PSOE habían entendido el #NoEsNo, y se lo agradecían otorgándole de nuevo la confianza. Pero había millones de personas que queriendo votar PSOE, no lo hicieron porque o bien no representaba el voto útil en las encuestas, o porque aún no terminaban de creer que el PSOE era la alternativa y que no dejaría gobernar a Rajoy y al PP.

Después de las elecciones del #26J, una nueva reunión del Comite Federal, celebrada el 9 de julio, ratificó el #NoEsNo del PSOE a una hipotética investidura de Mariano Rajoy. Y en el siguiente barómetro del CIS, el PSOE era el único partido de las 4 principales fuerzas políticas que avanzaba en intención de voto. 

Y ese #NoEsNo quedó demostrado cuando Rajoy rectificándose a sí mismo, se presentó a la investidura "para hacer perder el tiempo a los españoles" en sus propias palabras por presentarse "sin los apoyos necesarios para sacar adelante la investidura".

Que Rajoy tiene en mente desde el 20 de diciembre de 2015 repetir elecciones una y otra vez hasta que vuelva a tener una mayoría absoluta para seguir gobernando de la manera que lo ha hecho en los últimos cuatro años está fuera de toda duda. Y por eso se presentó a la investidura. Para que hubiera nuevas elecciones tenía que activar el reloj de la democracia. 

El Congreso de los Diputados dibuja una mayoría parlamentaria de las fuerzas de derecha en este país y si Rajoy hubiera querido ser presidente del Gobierno, hubiera comenzado la negociación con el PNV y CDC, al igual que hizo Aznar en 1996. Pero Rajoy sólo quiere gobernar como sabe, con el rodillo absolutista. No es imposible pactar con ambas fuerzas nacionalistas. Ana Pastor es presidenta del Congreso por un pacto semejante. 

El único gobierno alternativo, como en marzo cuando Pedro Sánchez se sometió a la investidura pasaría por un acuerdo entre PSOE, C's y la amalgama de más de 25 partidos que lideran Podemos e IU. Pero las nuevas fuerzas se vetan mutuamente y por tanto el PSOE se queda sin posibilidad de liderar un gobierno de cambio. La nueva política tiene un cierto aroma rancio, una suerte de rivalidades extremas como las que no permitieron consolidar la República española en los años 30's. 

Disipado el gobierno del cambio, el futuro político parece dibujar sólo dos opciones: o que el PP siga en el Gobierno (con o sin Rajoy de presidente), o nuevas elecciones para el mes de diciembre (tocaría el 25, pero ya han comenzado las gestiones en el Congreso para reducir el tiempo de campaña y que se celebraran el día 18).

El PP y los medios de comunicación sitúan en el PSOE todo el peso de responsabilidad sobre qué pasará en la España política. ¿Por qué no piden a Podemos que se abstenga y permitan que Rajoy siga en el gobierno como ya hicieron con su voto en contra a la investidura de Pedro Sánchez en marzo? Silencio... no hay respuesta. 


@ajcalzado

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