sábado, 5 de noviembre de 2016

¿Tendrá la tradicional y conservadora sociedad americana una Presidenta? #8N


A sólo tres días para que llegue "el primer martes posterior al primer lunes de noviembre de este año bisiesto", algunos medios se empeñan en poner un punto de emoción a unas Elecciones Presidenciales a los EEUU que, desde mi punto de vista, están vistas para sentencia. 

Y lo más destacable es que una sociedad muy polarizada hacia la derecha, tradicional, rural y conservadora podría pasar de tener un presidente negro, a una presidenta mujer, ambos del Partido Demócrata, lo que marca lo mal que lo ha hecho el Partido Republicano durante los últimos años.

El 8 de noviembre es el día D, el día marcado a sangre en el calendario electoral de este 2016 que está escupiendo los últimos suspiros. 

Las casas de apuestas, las bolsas, algunos medios de comunicación y avezados periodistas dan credibilidad a que un tipo machista, sexista, racista, homófobo, terriblemente conservador, antiguo, maleducado, irrespetuoso y bufón (¿me dejo algún epíteto Agustín Alcalá?) como Donald Trump pueda llegar a ser Presidente de los EEUU. Pero los norteamericanos demostrarán el próximo martes que antes le dan ese mandato a una mujer (con lo que ello representa para una sociedad tan tradicional y conservadora) que a ese neoyorquino conocido más por emular a Presley con su largo y abultado peluquín al viento. 


Sí ha habido un momento en que la presidencia de los EEUU y con ello el mundo tal cual lo conocemos, ha corrido el riesgo de caer en manos de un populista al otro lado del charco. Pero ese tiempo afortunadamente pasó. Fue este verano, después de la convención republicana en la que Trump atajó las dudas al respecto de si en su propio partido serían capaz de apartarle a pesar de haber ganado claramente en las Primarias. Con ese impulso que le supuso ser entronizado en Cleveland (Ohio) la estimación de voto para el Partido Republicano tuvo un pico del 43% del voto que vino a coincidir con una caída del Partido Demócrata al que se acercó en 2 puntos (situación de empate técnico).


Pero si la convención republicana tuvo su efecto en corto en la cotización de Trump, la convención de Philadelphia (Pensilvania) de los demócratas terminó de consolidar a Hillary Clinton, que desde entonces ha cogido la cabecera de casi todas las encuestas y estudios demoscópicos publicados. 


Como se explicó en una entrada anterior, el sistema electoral americano es indirecto. 538 delegados de todos los estados, eligen al Presidente de los EEUU.


¿Y cómo se eligen esos 538 delegados de lo que se conoce como colegio electoral
Pues en eso consiste las elecciones. En cada estado se asignan un número determinado de delegados proporcional a la población de dicho estado. El partido que gana las elecciones en dicho estado se atribuye todos los delegados que elige el Estado. Con la excepción de 2 estados: Maine (4) y Nebraska (5) que los reparte de forma proporcional al voto obtenido. 

El mapa electoral americano marca dos zonas claramente diferenciadas. Las costas, tanto del Atlántico (Massachusets, Vermont, Nueva York, Rhode Island, Nueva Yersey, Delaware, Maryland, Washington DC...) como del Pacífico (Washington, Oregón, California) en los que el dominio demócrata fueron consolidados por Bill Clinton hace un par de decenios y desde entonces no han cambiado del azul. Y el resto del país (Montana, Dakota, Kansas, Texas, Oklahoma, Arkansas, Luisiana, Alabama, Missisipi...), mucho más rural, agrícola y conservador que con algunas excepciones, tiene un predominio republicano. 

La mayoría de los estados, por el historial, por la estructura socio-económica, la realidad demográfica y consolidado por las encuestas muestra claramente al ganador. Sin embargo, hay una serie de estados que suelen pivotar entre uno y otro partido, siendo estados clave cuando la diferencia entre ambos partidos está muy igualada. Son los swing state, o estados pendulares. 

Para esta contienda, dichos estados son 12, de los cuales el más importante es Florida. Si Trump, pierde Florida, tiene casi imposible ganar la presidencia de los Estados Unidos. Y aún ganándolo, el Partido Republicano necesitaría adueñarse de la mayoría de estos estados para obtener el número mágico: 270 delegados que da la mayoría en el colegio electoral. 


Según los últimos estudios, el Partido Demócrata tiene consolidados 187 delegados (los estados en azul oscuro), al alcance 81 incluyendo algunos de esos estados pendulares como Pensilvania (donde se realizó la convención Demócrata), por lo que estaría cerca de los 268 delegados. 

El Partido Republicano sólo fideliza 82 delegados (el corazón rural de los EEUU), a los que puede sumar fácilmente 112 delegados en otros estados como Ohio (donde tuvo lugar la convención Republicana) o Texas. Con ello, sumaría 198 delegados. 


Los restantes 72 delegados están en estados (color gris) con situación de empate técnico en los que puede ganar cualquiera de los dos con casi las mismas posibilidades. Estos estados son: 


  • Florida (29)
  • Georgia (16)
  • Carolina del Norte (15)
  • Nevada (6)
  • Nebraska (5)
  • New Hampshire (4)
  • Maine (4)


Para que el Partido Republicano ganara las Elecciones y Trump llegara a ser Presidente de los Estados Unidos, no bastaría con que ganara todos aquellos estados en los que lleva ventaja, sino que tendría que ganar prácticamente en los 7 estados empatados. 

Es por ello, que Hillary Clinton lleva toda la ventaja para ganar las Elecciones y convertirse en la primera mujer en llegar a la Casa Blanca con todos los poderes que da la presidencia de los EEUU.

Si en las primeras horas de escrutinio, el Partido Demócrata se hace con la victoria en Carolina del Norte, Georgia o Florida, será una noche plácida para la humanidad. 


@ajcalzado

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