martes, 14 de marzo de 2017

El centro-izquierda, favorito para frenar a Le Pen en Francia


Desde que el Presidente de Francia, François Hollande y el primer ministro, Manuel Valls decidieron no dar la batalla, no defender sus ideales socialistas y sus principios socialdemócratas y practicar las mismas políticas neoliberales que había llevado a cabo Nicolas Sarkozy y que le llevó a perder las elecciones en 2012, el Partido Socialista firmó su sentencia de derrota para las próximas elecciones, y ya se verá, si para las próximas generaciones.

Supo verlo y captar ese desencanto, el socialista Enmanuel Macron, para primero salirse del Gobierno y segundo, liderar una opción de izquierda con búsqueda de voto transversal también hacia el centro liberal, alejarse de la maltrecha marca del Partido Socialista y hacerse como una clara referencia para frenar a la derecha radical de Fillon y a la extrema derecha de Le Pen.


Hubiera sido una decisión inteligente que el Partido Socialista hubiera buscado un acuerdo con Macron para consolidar esta opción, como claro dique de contención a las políticas más radicales e intransigentes. Pero, el odio de Valls y de Hollande hacia Macron y la elección en primarias del candidato más a la izquierda, Hamon, alejaron todas las posibilidades. Es más, Hamon llamó a la puerta del viejo Partido Comunista de Melénchon para un acuerdo de coalición de cara a las Presidenciales, encontrándose un portazo.

Cuando la situación en Francia parecía estancada con una destacada Le Pen cerca del 30% de intención de voto y a Fillon y Macron atascados en el 20%, llegó la luz en forma de retirada del centrista François Bayrou para apoyar al candidato Macron, en un acuerdo del centro – izquierda sin precedentes en Francia (hace unos meses, Bayrou había decidido apostar por apoyar a Los Republicanos de Alain Juppe, el carismático alcalde de Burdeos que perdió las elecciones primarias de la derecha francesa contra todo pronóstico).

Ello ha dado un impulso decisivo a la candidatura de Macron y en 2 encuestas ya se sitúa como el candidato más votado en la primera vuelta, ganando a Le Pen y alejando los miedos y riesgos de una candidata de extrema derecha ganadora en segunda vuelta.


La clave de Macron es que atrae a la mitad del electorado socialista. En la última encuesta conocida, el 42% de los votantes socialista votarán a Hamon y otro 42% se decantará por Macron, pero además, Macron se lleva un 20% del electorado verde, más de un 60% del electorado centrsita de MoDem (el partido de Bayrou), un 30% del electorado de UDI (la unión de demócratas independientes) y hasta casi un 20% del electorado de Los Republicanos, seguramente los más moderados que no respaldan el giro a la derecha radical de Fillon y que condenan su sombra de corrupción.


En la misma encuesta y en una hipotética segunda vuelta entre Macron y Le Pen, el candidato socialista se llevaría ampliamente la mayoría de electores del Partido Comunista, del Partido Socialista y de Los Republicanos y arrasaría con un 65% de los votos a la ultra Le Pen.


A un mes de la primera vuelta (23 de abril) y una vez que Fillon parece haberse conseguido amarrar a la candidatura de Los Republicanos, la situación en Francia parece despejarse y con casi toda seguridad Macron y Le Pen serán los candidatos que pasarán al balotage de la segunda vuelta.


Con todo, una de las siguientes incertidumbres es qué movimientos se llevarán a cabo de cara a las siguientes elecciones, las legislativas de junio, ya que Macron carece de infraestructura y partido. De ganar y convertirse en Presidente de la República, quizá sería una buena opción arroparse de su antiguo partido, el Partido Socialista para intentar ganar también la mayoría parlamentaria y poder llevar a cabo su ambicioso paquete de reformas, entre las cuales destacan las de regeneración democrática, empoderamiento, fortalecimiento de la Unión Europea y lucha contra la corrupción. 

@ajcalzado

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