viernes, 22 de enero de 2016

Presidente no decente hasta el final

Este 22 de enero, España ha vuelto a asistir algo inédito, insólito, sorprendente: ante la petición del jefe de Estado de formar gobierno, el presidente no decente en funciones se viste de Mariano Rajoy, con su Marca y puro en boca y le dice que no, que renuncia, que declina la invitación, que aún no, que se se está muy bien tumbado en la hamaca, que abdica de sus responsabilidades.

Todo esto el día que el número 3 de Soraya Sáenz de Santa María ha dimitido envuelto en una trama de corrupción en el Ministerio de medio Ambiente.



En su comparecencia posterior al encuentro con el rey, Mariano Rajoy ha comunicado a los periodistas lo que casi todos los españoles sabíamos, pero que a él le ha costado 32 días descubrir: que tiene a una mayoría absoluta en contra, que el #20D los españoles votaron #CAMBIO, que la mayoría social votó "NO" a un nuevo gobierno de Mariano Rajoy Brey.  

El gesto del presidente ha sido de una absoluta indecencia y una falta absoluta de respeto a las instituciones, tanto a las Cortes, como a la Jefatura del Estado. Mariano, acostumbrado a gobernar desde el absolutismo decimonónico más recalcitrante ha demostrado no entender el procedimiento:

  1. El jefe del Estado elige a quien encarga formar gobierno.
  2. El encargado de formar gobierno ha de hablar, negociar, acordar y buscar apoyos.
  3. Se produce una sesión de investidura en la que el Congreso, donde reside la soberanía nacional establece si concede o no la confianza.

Como no tiene la mayoría absoluta y ha demostrado que sólo sabe gobernar con ella, Rajoy ha cedido y ha abdicado ni tan siquiera de hablar con el resto de partidos políticos para ver si es capaz de obtener los apoyos necesarios para conseguir la reelección, algo que sí consiguieron los presidentes Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

Algunos ven en la decisión de Rajoy una genial escenificación de estrategia, un verdadero quiebro con el que no contaban los demás para poner el foco en el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y en caso de que éste fracasase, erigirse como gran caballo blanco para salvar a España. 

Otros, opinan que Rajoy es la viva imagen de la impotencia y cual niño con rabieta se coge el balón, se lo lleva a su casa y aquí no juega nadie.

Incluso existe alguien que cree que a Rajoy no le gusta que nadie le marquen los tiempos, ni siquiera el jefe del Estado. 

En definitiva, quien decía que España no podía estar más tiempo sin gobierno, quien decía que se sentía con fuerzas para intentar formar gobierno y quien tanto, tanto y tanto ha dicho que tiene que gobernar la lista más votada ha sumergido al país en una incertidumbre rocambolesca.

A partir de ahora, nueva ronda de #PasarelaZarzuela y el Rey Felipe envuelto en una difícil espiral constitucional en la que jamás se vio su padre Juan Carlos I.



P.d.: Sólo Rajoy ha conseguido que pase a segundo plano la decisión de los castos de Podemos de dar un paso al frente para gobernar con "la caaaaaaaaasta" y poniendo sillones por delante.

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