La campaña llega a su punto final, en el debate celebrado el pasado miércoles el candidato socialdemócrata Enmanuel Macron arrolló a Nazine Le Pen, descubrió sus miserias y dio el paso definitivo hacia el Elíseo francés.
Se están haciendo buenas las encuestas que decían que Le Pen perdería la segunda vuelta con cualquier otro rival contra el que se midiera (con Macron pero también con Melenchon, Fillon e incluso Hamon). Y también presagiaban las encuestas que medían todas las hipótesis, que Macron ganaría a cualquier contrincante, obteniendo su mejor resultado contra Le Pen, precisamente la rival que le ha tocado tener enfrente en esta campaña desde que los franceses votaran el 23 de abril.
En un primer momento, la hija de su padre (Marine Le Pen es hija de Jean-Marie Le Pen) dio un golpe de efecto al dimitir de la presidencia del (neonazi) Frente Nacional francés. Como si los franceses fueran idiotas y por el hecho de no concurrir bajo dicha marca, Le Pen se desprendiera del racismo, xenofobia, machismo, homofobia y antieuropeísmo que le caracteriza. Pero hay que reconocer, que las encuestas acortaron la diferencia entre Macron y Le Pen en 20 puntos (60% el socialdemócrata y 40% la neonazi ultraderechista hija de su padre).
Pero tras el debate en el que Le Pen hizo el ridículo de no saber explicar cómo demonios funcionaría Francia con dos monedas simultáneamente y ante un talante y semblante de Macron claramente institucional, revestido ya de Presidente in pectore de la República francesa, la brecha ha vuelto a abrirse y Macron seguramente superará el 65% de los sufragios el próximo domingo.
Al final, los juegos malabaristas de los dirigentes de la extrema izquierda francesa (Melenchon) y española (Turrión o Echenique) de esconder su verdadero deseo de votar a Le Pen para romper el sistema y Europa, han conseguido su propósito tanto que la mayoría de los votantes de Melenchon se decantarán por votar a Macron. Pero no sólo lo harán los votantes de Melenchon. Casi el 80% de los votantes socialistas que votaron a Hamon, respaldarán a Macron. Y casi la mitad de los votantes de la derecha francesa (Los Republicanos), apoyarán también a Macron.
Le Pen y el nazismo serán derrotados el domingo. Los valores e ideales de la República Francesa nacidos de su Revolución (liberté, egalité et fraternité) saldrán reforzados con la victoria del Macron, el mirlo blanco, la nueva esperanza de la socialdemocracia europea que tendrá en Francia una segunda oportunidad tras la debacle que ha supuesto el mandato de François Hollande, sin querer hacer frente al austericidio y el reinado de Angela Merkel.
Con el gobierno alternativo progresista de Antonio Costa en Portugal y la consolidación del bipartidismo en España primero; la victoria del socialdemócrata Alexander Van der Bellen en las Presidenciales de Austria y el triunfo del liberal Mark Rutte en los Países Bajos después; el regreso de Matteo Renzi a la primera línea de la política en Italia y la proclamación de Emperador francés de Enmanuel Macron, Europa habrá salvado unas bolas de partido que parecían prácticamente insalvables y que amenazaban con dejar Europa al borde del precipicio del populismo.
Las próximas pelotas, las legislativas en el Reino Unido y Francia en junio y un septiembre cargado con las de Austria, Alemania y muy presumiblemente en esa pequeña aldea al sur de los Pirineos llamada Cataluña.
@ajcalzado
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