sábado, 28 de octubre de 2017

35 años construyendo juntos España y Cataluña


Hace justo hoy 35 años, una ola de ilusión, de ganas de cambio, atravesó toda España, de norte a sur, de este a oeste y de Canarias a Baleares para construir y modernizar nuestro país. Y cuando digo España, cuento por supuesto, con Cataluña.


El PSOE tuvo en el conjunto del país más de 10 millones de votos, casi el 50% de los votos y 202 escaños. Cataluña contribuyó con mucha fuerza a ese resultado. Para entonces, el PSC ya había alcanzado el acuerdo de hermandad con el PSOE para presentarse conjuntamente a las Elecciones y la ciudadanía de Cataluña depositó la confianza en Felipe González. Los candidatos del PSC Josep María Obiols i GermàErnest Lluch obtenían en Cataluña el mejor resultado histórico que haya alcanzado jamás un partido en aquella nacionalidad. Más de millón y medio de votos, un 45% de porcentaje de voto y 25 de los 47 escaños con los que contribuía Cataluña al Congreso de los diputados y 9 de los 16 senadores.

España, Cataluña incluida, se teñía de rojo y comenzaba el verdadero cambio social de España: revitalizar las pensiones, la creación de pensiones no retributivas para quienes no habían cotizado (sobre todo mujeres y del ámbito rural), la universalidad de la sanidad de manos de Ernest Lluch, la escolaridad obligatoria programada por Maravall, la posibilidad del aborto en unos determinados supuestos, la carta de derechos laborales que implantaba el Estatuto de los trabajadores, una red de carreteras y autovías para vertebrar el país, la concepción del AVE como la forma de acercar a las personas separadas por la larga distancia, la entrada en la Unión Europea de pleno derecho… En definitiva, la España (y la Cataluña) que hoy todos reconocemos, pero que estaba por inventar hace 35 años.


En sus distintos gobiernos, el Presidente Zapatero fue capaz de intuir con buen ojo clínico, que había llegado la hora de renovar el pacto constitucional. En su momento de forma limitada y controlada: la numeración de las CCAA, la sucesión a la corona para eliminar la denigrante discriminación en favor del ‘macho’, la reconfiguración del Senado para ser una cámara de representación territorial como había sido concebida de forma original y la cesión de cierta soberanía en favor de la Unión Europea de la que ya formamos parte.

La otra pata del acuerdo constitucional venía de la mano de adecuar y modernizar los Estatutos de Autonomía de las distintas CCAA que lo solicitasen. Y llegó el Estatut de Autonomía de Cataluña. Recorrió todo el procedimiento democrático: pacto inicial en Cataluña, aprobación en el Parlament, sometimiento a las Cortes Españolas como Ley Orgánica y aprobación primero por el Congreso de los diputados y después por el Senado, y, finalmente, aprobación en referéndum por la ciudadanía de Cataluña. Los mismos ciudadanos de Cataluña aprobaron y agradecieron ese gesto al PSC y al PSOE en 2008, devolviendo el triunfo histórico del año 1982, con otros 25 diputados y 12 senadores.

El Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, y el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy han llegado a un acuerdo para iniciar el diálogo y negociación para una Reforma de la Constitución, una vez concluya la comisión prevista para tal fin en un plazo máximo de 6 meses. “Cada día es un regalo”, le gustaba a decir a Carme Chacón y en el año de su desaparición no habría un regalo mejor que el de renovar el acuerdo entre todos los españoles como mejor respuesta a la amenaza de ruptura, de secesión y de fragmentación de la sociedad catalana perpetrada por una banda de independentistas xenófobos.

Y el PSC volverá a tener un papel vital. El PSC es de los pocos puentes que conectan aún hoy a Cataluña con el resto de España. Y así lo ha demostrado estas últimas semanas su primer secretari Miquel Iceta, dialogando, negociando, hablando con todas las partes para tratar de impedir hasta el último segundo, hasta el último suspiro, hasta el último aliento, la absurda, irrelevante e ineficaz declaración de independencia unilateral que ayer tarde a las 15:27 tuvo lugar en el Parlament de Cataluña.



Te lo debemos, Carme


@ajcalzado

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